El gravísimo problema de nosotros, los laodicenses, no es que seamos tibios, miserables , pobres, ciegos o desnudos. Somos todo eso como resultado del verdadero problema: hemos dejado fuera de nuestras vidas a Jesús. El amén, el testigo fiel y verdadero. Ap.3:20
octubre 03, 2012
Sin esperanza, sin Cristo. Tim Conway
Si aun no hemos aceptado a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador, nos hemos perdido de todo. Somos los hombres mas miserables y dignos de lástima. Porque al no tenerlo a él, no tenemos nada, no tenemos esperanza.
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