El gravísimo problema de nosotros, los laodicenses, no es que seamos tibios, miserables , pobres, ciegos o desnudos. Somos todo eso como resultado del verdadero problema: hemos dejado fuera de nuestras vidas a Jesús. El amén, el testigo fiel y verdadero. Ap.3:20
abril 23, 2012
Un Dios para amar. Clifford Goldstein
Uno de nuestros mejor teólogos. Describe en sencillas palabras la necesidad que este mundo tiene conocer al Dios que lo dio todo por amor. Solo eso puede satisfacer plenamente la sed del alma.
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