abril 25, 2013

El evangelio de la prosperidad -John Piper

En una reunión de grupo pequeño me tocó orar por un familiar por toda esa semana.
En la siguiente reunión mi familiar nos compartió que le había sucedido muchas cosas lamentables, aunque de todas ellas consiguió sobrevivir.
Expresó dudas si yo había orado o no  por él.
Claro que lo hice.-Le dije
-Cada mañana te coloque en las manos de Dios.
-Pero me fue mal. Las cosas no salieron como yo esperaba- me dijo.
-Bien. -Contesté te coloqué en las manos de Dios y hoy estas aquí más fuerte y seguro de que el Señor nunca te abandonó.
Si deseabas que todo saliera según tus planes yo te habría colocado en las piernas de Santa Claus.

Servir al Señor trae bendiciones. Aunque muchas veces estas, vienen en envolturas que nunca nos atreveríamos a abrir.

Mi pastor es Jehová. ¿Qué mas necesito? Sal.23:1
Si bien, nunca prometió que jamas pasaríamos por valle de sombra de muerte.
Lo que si prometió fue acompañarnos por en medio de ese oscuro pasaje de nuestra vida. v. 4
Su presencia, es todo lo que necesitamos.




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